La urbanización de los jóvenes indígenas se ha incrementado en algunas regiones de
Colombia y en las instituciones educativas del país el número de estudiantes de las
etnias ha venido en aumento. Esto ha creado todo un reto para los docentes a la hora de
definir las características y condiciones requeridas para la inclusión de los educandos
desde sus necesidades e intereses en los currículos escolares que son claramente
estandarizados. Un currículo pensado para la inclusión debe atender los procesos de
conservación y fortalecimiento de la identidad cultural de los jóvenes de las etnias
indígenas.
Los educadores frente a este reto que se les presenta en la nueva cotidianidad han
tratado de paliar mediante distintas estrategias que van desde la recomendación de
ubicarles en escuelas con currículos etnoeducativos o la adopción de mecanismos en los
que la integración a la vida escolar subsume los aspectos identitarios, buscando la
homogenización y la adaptación ocasionando la pérdida paulatina de las expresiones de
riqueza cultural ancestral derivada de la imposición desde las prácticas escolares, de
patrones de conducta ajenos a la naturaleza de los pueblos originarios. En este sentido,
se ha venido adelantando una propuesta de investigación basada en el antecedente de
dos proyectos desarrollados con jóvenes escolares de las etnias Wayúu y Emberá Katío
del departamento de la Guajira y del Alto Sinú en el Departamento de Córdoba –
Colombia